Pequeños gestos #3

En la Plaza Mayor

Si lo piensas fríamente, desde un punto de vista personal, propio, individual, no deja de ser una pérdida de tiempo. ¿No es algo que mucha gente dice de manera convencional para «quedar bien», para parecer educados? ¿No lo decimos de manera rutinaria, sin pensar realmente en su significado? ¿Porqué dar las gracias a una persona que está trabajando? Al fin y al cabo está cobrando un salario. ¿Qué gano dando las gracias?

Pensaba así hasta los 18 años, cuando un día, tomando unos culetes de sidra con Neal Sillars, me fijé que él siempre daba las gracias cada vez que le escanciaban uno. ¡Y doy fe que lo hacía muy a menudo! Los demás no decíamos nada. Cogíamos el vaso, apurábamos el trago para disfrutar del sabor de la sidra escanciada y a otra cosa mariposa.

— ¿Porqué das siempre las gracias cuando te dan el culete, Neal?
— Para reconocer el trabajo al camarero.
— ¿Pero no lo se lo reconocen ya el jefe con la paga?
— Si le das las gracias, se va a sentir un poco mejor trabajando. Con ese pequeño gesto, le haces la vida un poco más agradable, percibe que le estás teniendo en cuenta, aunque sea mínimamente. Además, así igual nos deja cantar una…

Desde aquel día, pienso en Neal cada vez que doy las gracias y cómo curiosamente tuvo que venir alguien de fuera a hacerme ver las cosas de otra manera.

Hay más gente que piensa que dar las gracias es algo importante. Reconocer al otro. Decirle que está ahí y se le respeta. Pablo Rodríguez Medina lo escribía así de bien este mes de diciembre en La Cuenca del Nalón:

Toles mañanes, enantes de trabayar, paso en coche pela panadería. Busco un sitiu p’aparcar, o paso l’apurón de dexalu unos minutos tiráu de mala manera; entro, doi los bonos díes, pido un mediu y, enantes de marchar, doi les gracies.
Esti día, la dependienta, sosprendida, retrucó: «Nomenón, les gracies hai que dáteles a ti, nun les tienes que dar tu». Na parede tienen puesta la receta cola que trabayen. Acaba con “una plizca de respetu”. Señalé y dixi: «dar les gracies ye esa plizca de respetu que fai falta».

También Manuel Vilas sugiere que dar las gracias tiene una acción poderosa. No solo a nivel personal si no a nivel comunitario, social, de país.

En fin, que el pequeño gesto #3 va de dar las gracias. Porque es un pequeño gesto que importa tanto en el fondo como la forma.

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