Sigo con interés a Pedro Fresco en Twitter. Habla con conocimiento y rigor sobre energía y transición energética. O eso me parece a mí, que no tengo ni idea. Puede que ya estemos hartos de tanto cambio climático, que si los coches eléctricos son una mierda o si la energía nuclear va a salvar el mundo, pero lo cierto es que, ante temas que desconozco y no domino, busco fuentes de información que me parecen fiables para poder ir poco a poco formándome una opinión.
Lo que más me ha gustado del libro Energy fakes quizá haya sido el capítulo final donde nos insta a seguir aprendiendo y ser capaces de cambiar de forma de pensar, siempre con la ciencia y los datos como base. Quizá se atiza a sí mismo un poco también, claro está. Afirma Pedro Fresco que todos tenemos un sesgo a la hora de interpretar las evidencias científicas y debemos ser lo suficientemente inteligentes para poder identificarlos.
Es curioso lo que me ha pasado con la energía nuclear: siempre me había parecido algo complicado, peligroso e incluso misterioso. Posteriormente pasé por un periodo en el que ya no veía con malos ojos su uso civil y los miedos a los residuos tóxicos y a los accidentes se disiparon. Ahora no es que haya vuelto a cambiar de opinión, sino que me parece muy acertado el planteamiento de Pedro Fresco en su libro: la urgencia hacia una transición energética hace inviable económicamente que apostemos por ella como fuente de energía.
El libro tiene la intención de desmontar los bulos que surgen alrededor de las energías renovables (y los coches eléctricos), aunque seguramente los que hayamos leído el libro ya estemos convencidos de la necesidad de una transición energética. ¿Estaremos informándonos con juicios preconcebidos y afianzando nuestra postura? No lo sé, aunque siempre intento preguntarme a quién beneficia esta propuesta radical de inversión en renovables. La respuesta que obtengo siempre es: a todos. Me cuesta ver la mano oculta y todopoderosa de grandes corporaciones intentando deshacerse de los combustibles fósiles y la energía nuclear para colarnos estas cosas de los «ecolojetas», la verdad.
Solo os puedo recomendar su lectura, aunque como os dije, yo ya estoy convencido hace tiempo de la importancia que tiene la transformación energética de nuestro mundo.